Antonio Novillo
CAE LA NOCHE
A QUÉ TIERRA EXTRAÑA HE LLEGADO?
LADRILLOS CALCINADOS,
LOS ÁRBOLES PENDEN VAGOS,
EN LA ORILLA CALLA EL AGUA,
GUARDA SILENCIO EL VIENTO,
PARECE COMO SI ESTA TIERRA
PERTENECIERA YA AL PASADO.
ALLÁ, EN EL SENDERO,
UN NIÑO LLAMA DESDE SU INMENSA SOLEDAD.
A TRAVÉS DEL RAMAJE, BRILLA EL SOL,
Y CAE SOBRE LA MUERTE,
EL SAGRADO AGUACERO DE LA VIDA.
Antonio Novillo
Perdonad que no diga ni pío
Lisi f. Prada
Sobre nosotros
Esta poesía no trata
de un idiota que masacra a su pueblo a base del fusil,
tampoco de la magia negra Vudu
pero si de conservar su mundo,
esta poesía trata de ti,
de mi,
de decir que si,
apoyemos a Haiti.
Arturo Accio
Lisi f. Prada
Esta poesía no trata
de un idiota que masacra a su pueblo a base del fusil,
tampoco de la magia negra Vudu
pero si de conservar su mundo,
esta poesía trata de ti,
de mi,
de decir que si,
apoyemos a Haiti.
Arturo Accio
Sandra Pintos
Aprender de Haití
Ignacio Ramonet • Le Monde Diplomatique
Por muy “natural” que parezca, ninguna catástrofe es natural. Un sísmo de intensidad idéntica causa más víctimas en un país empobrecido que en otro rico e industrializado. Ejemplo: el terremoto de Haití, de magnitud 7,0 en la escala de Richter, ha ocasionado más de cien mil muertos, mientras que el de Honshu (Japón), de idéntica fuerza (7,1), acaecido hace seis meses, apenas provocó un muerto y un herido.
“Los países más pobres y los que tienen problemas de gobernabilidad están más expuestos a riesgos que los otros”, confirma un reciente informe de la ONU (1). En una misma ciudad, el impacto humano de una calamidad puede ser muy distinto según las características de los barrios. En Puerto Príncipe, el sísmo se ensañó con las desvencijadas barriadas populares del centro. En cambio, los distritos privilegiados de la burguesía mulata comerciante apenas padecieron estragos.
Tampoco son iguales los pobres ante la adversidad. La Federación Internacional de la Cruz Roja sostiene que, en caso de desastre, “las mujeres, los discapacitados, los ancianos y las minorías étnicas o religiosas, víctimas habituales de la discriminación, son más castigados que los demás” (2).
Por otra parte, aunque un país no sea rico, si se dota de una política eficaz de prevención de catástrofes puede salvar muchas vidas. En agosto de 2008, el ciclón Gustav , el más violento de los últimos cincuenta años, azotó el Caribe con vientos de 340 kilómetros por hora. En Haití mató a 66 personas. Sin embargo, en Cuba no causó ninguna víctima mortal…
¿Es Haití un país pobre? En verdad, no hay países pobres; sólo existen “países empobrecidos”. No es lo mismo. En el último tercio del siglo XVIII, Haití era la Perla de las Antillas y producía el 60% del café y el 75% del azúcar que se consumía en Europa. Pero, de su gran riqueza sólo se beneficiaban unos 50.000 colonos blancos, y no los 500.000 esclavos negros que la producían.
Invocando los nobles ideales de la Revolución Francesa, esos esclavos se sublevaron en 1791 al mando de Toussaint Louverture, el Espartaco negro . La guerra duró trece años. Napoleón envíó una expedición de 43.000 veteranos. Triunfaron los insurrectos. Fue la primera guerra racial anticolonial y la única rebelión de esclavos que desembocó en un Estado soberano.
El 1 de enero de 1804, se proclamó la independencia. Sonó como un aldabonazo en el continente americano. Los esclavos negros demostraban que, por su propia lucha, sin la ayuda de nadie, podían conquistar la libertad. Afro-América emergía en la escena política internacional.
Pero el “mal ejemplo” de Haití -así lo calificó el Presidente de Estados Unidos, Thomas Jefferson- aterrorizó a las potencias que seguían practicando la esclavitud. No se le perdonó. Y nadie reconoció, ni ayudó a la nueva república negra, pesadilla del colonialismo blanco. Aún hoy, el viejo terror no ha desaparecido. Pat Robertson, telepredicador estadounidense, ¿no acaba acaso de afirmar: “Miles de hatianos han muerto en el sísmo porque los esclavos de Haití hicieron un pacto con el diablo para obtener su libertad” (3)?
El nuevo Estado independiente fue boicoteado durante decenios con la idea de “recluir la peste” en ese país. Haití cayó en guerras civiles que arrasaron su territorio. Se perdió la necesaria etapa de construcción de un Estado-nación. Institucionalmente, a pesar de la gran calidad de sus numerosos intelectuales, el país quedó estancado.
Después vino el tiempo de la ocupación por Estados Unidos que duró de 1915 a 1934. Y de la guerra de resistencia. El héroe de la rebelión, Charlemagne Péralte, fue crucificado por los marines , clavado en la puerta de una iglesia… Washington acabó por ceder Haití a nuevos dictadores, entre ellos: Papa DocDuvalier, uno de los más despóticos.
En los años 1970, aún gozaba Haití de soberanía alimentaria, sus agricultores producían el 90% de los alimentos que consumía la población. Pero el Plan Reagan-Bush, impuesto por Washington, obligó a suprimir los aranceles sobre la importación de arroz, producto básico del cultivo local. El arroz estadounidense, más barato porque estaba subvencionado, inundó el mercado local y arruinó a miles de campesinos que emigraron en masa a la capital, donde el sísmo los ha atrapado…
La única experiencia de gobierno realmente democrático, fue la de Jean-Bertrand Aristide, dos veces Presidente (1994-1996 y 2001-2004). Pero sus propios errores y la presión de Washington lo empujaron al exilio. Desde entonces, de hecho, Haití se halla bajo tutela de la ONU y de un conglomerado de ONGs internacionales. El Gobierno de René Préval ha sido sistemáticamente privado de medios de acción. Por eso resulta absurdo reprocharle su inoperancia ante los efectos del sísmo. Hace tiempo que el sector público fue desmantelado y sus principales actividades transferidas, si eran rentables, al sector privado, o a las ONGs cuando no lo eran. Antes de convertirse en el Ground Zero del planeta, Haití ya era el primer caso de “colonialismo humanitario”. La tragedia reforzará la dependencia. Y por consiguiente las resistencias. El “capitalismo de choque”, descrito por Naomi Klein, hallará una nueva ocasión de reclamar -en nombre de la eficacia- la privatización integral de todas las actividades económicas y comerciales ligadas a la reconstrucción.
Estados Unidos está en primera línea, con sus Fuerzas Armadas desplegadas en una ofensiva humanitaria de gran envergadura. Resultado sin duda de un generoso deseo de socorrer. Pero también de indiscutibles intereses geopolíticos. Washington prefiere invadir Haití de ayuda que ver invadidas sus costas por decenas de miles de boat people haitianos. En el fondo, se trata de la misma vieja obsesión: “recluir la peste”…
Notas:
(1) Riesgo y pobreza en un clima cambiante. Invertir hoy para un mañana más seguro , Naciones Unidas, Nueva York, mayo de 2009.
(2) Informe Mundial sobre los desastres 2009 , Cruz Roja Internacional, Ginebra, julio de 2009.
(3) Christian Broadcasting Network, 14 de enero de 2010.
Education either functions as an instrument which is used to facilitate integration of the younger generation into the logic of the present system and bring about conformity or it becomes the practice of freedom, the means by which men and women deal critically and creatively with reality and discover how to participate in the transformation of their world. Paulo Freire
Education either functions as an instrument which is used to facilitate integration of the younger generation into the logic of the present system and bring about conformity or it becomes the practice of freedom, the means by which men and women deal critically and creatively with reality and discover how to participate in the transformation of their world. Paulo Freire
La educación o bien funciona como un instrumento que se utiliza para facilitar la integración de la generación más joven en la lógica del sistema actual y lograr el conformismo o se convierte en la práctica de la libertad, los medios por los cuales los hombres y las mujeres se relacionan de manera crítica y creativa con la realidad y descubrir cómo participar en la transformación de su mundo.
Paulo Freire
Calma
Oscar Andrés Divito
Oscar Andrés Divito
VERDADES REVELADAS
“Cuando se miran de frente, los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades, las bárbaras, terribles , amorosas crueldades...”
GABRIEL CELAYA
En la Escuela de mi pueblo me enseñaron muchas cosas.
Los 10 mandamientos por ejemplo.
El 5º, el 2º y el 4º no se hacen.
El 3º ni el 7º, no se dicen.
El 1º, el 2º, el 6º, ni el 8º, no se no se preguntan.
No se hace, no se dice, no se pregunta, no, no.
Dogmas de la fe, decían.
Aprendí que la gente cuando se muere se la entierra.
Se coloca en su tumba su nombre y apellido.
Se la invoca, se le reza.
Me enseñaron que había una vez.
Que América era un crisol de razas.
Que había un país de plata, plata robada, argenta.
Que Haití es un paraíso Terrenal.
Que hay guayabas, frutos del pan, mangos, muchos mangos.
(El mango es una fruta, aclaro)
Que hay flamencos, pelícanos y garcetas.
(Que los flamencos tienen las patas rojas, por mentir)
Con la adultez a cuestas, aprendí.
Que hay blancos que son negros y negros que son blancos.
Que en Haití una lengua oficial es la castilla.
Que en criollo se le llama Repiblik Dayti.
Que el patrón vive en el norte del Norte.
Que hay más negros que blancos.
Que la esperanza de vida es de 40 años.
Que hay más pobres que ricos.
Que de mil niños mueren 80.
Aprendí de las guerras.
Aprendí, que algunas, figuran en los anales de la Historia.
Otras, las mas pequeñas, no registran nombre, ni apellido.
Que hay hombres que sólo son un número.
Un número más, un número menos.
Mas por menos, siempre da mas.
Aprendí “que hoy he mirado los ojos claros de la muerte”
Y he repetido, sollozante, la verdad revelada por un cholo peruano.
“¿Con que valor voy a hablar de psicoanálisis?”
Amelia Arellano- San Luis- Argentina
HAITI, TIERRA DE ESPERANZAS
I
Cuando no puedas llorar
Por la tragedia de tu hermano haitiano
Tiéndele la mano, la derecha y la izquierda,
Y verás brillar miles de ojos agradecidos con vos.
II
Si puedes llorar con lágrimas de compasión
Por la desgracia que ronda en la mujer haitiana,
Recuerda en ella a tu madre, a tu hermana, a tu esposa,
Y ve, toma tu ofrenda, deposítala con fe y esperanza,
Ahí, en Haití, hasta que se ponga de pie el alma de ese pueblo.
III
Si escuchas el llanto de tu hija o de tu hijo
Piensa en los huérfanos de Haití, son cientos los sufrientes,
Sabe que beben leche y necesitan cuido como los tuyos,
Anda, ve y corre, socórrelos con los ahorros de tu corazón,
Porque con una porción de leche y miel conquistarás tiernas sonrisas.
IV
Si sentado en el sillón de tu casa frente al televisor
Te has impactado por el horror, dolor sangre y lágrimas de Haití,
Entiende, que eso un día te pasó a ti y a los tuyos y a tu pueblo y a tu gete,
Y millones de almas vinieron del rincón del mundo a socorrerte con los tuyos,
Entonces, ¿qué esperas para socorrer a tu prójimo que a millares vive en Haití?
V
Cuando no puedas llorar una lágrima de amor
Por la tragedia de tu hermano haitiano, colabora y ora…
Ora con ardor, con fe, extendiendo tus ojos al cielo
Tiéndele la mano, la derecha y la izquierda,
Y verás brillar una constelación de ojos agradecidos con Dios,
Que hoy te ha regalo una tierra de esperanzas que necesita de ti, de mí, de nosotros…
Mario Arce Solórzano
Managua, 26, enero, 2009